sábado, 9 de enero de 2010

17-¿Cuánto tiempo más llevará?

Lo citaban en el aeropuerto internacional. Pensó ir caminado pero no tenía el equipo y pidió un remis, antes de llegar pasaron por un descampado, vió la faja y los oficiales al rededor de un cuerpo recubierto con un plástico verde, al costado una mujer lloraba tirada en el piso.
No se detuvo, aunque supuso que era el lugar.
Una niña, desnuda, con signos de haber sido, torturada durante días, abusada y estrangulada. Sintió un pinchazo en el ojo derecho que usaba para enfocar, le dolía mientras parpadeaba. Sacó dos rollos apurado. Una película espesa en el ojo no le permitía ver bien, la luz era perfecta. Había llevado un tele que compró en Madrid durante los días que duró el curso, para poder tomar detalles desde lejos y evitar meterse tan cerca de la escena.
Esta vez era un único cadáver, entregó la mitad de los rollos y se fue caminando sin que nadie lo detuviera por unas calles despobladas empinadas hacia arriba, escuchando en fade el llanto de una mujer.
Otra vez la sensación del desierto, la temperatura que va aumentando con el correr del día hasta obligar a todos a cubrirse las cabezas, el calor no lo dejaba pensar, iba cegándose con los rayos que se reflejaban en los autos, como heridas en la córnea.
Se preguntaba cuánto tiempo podría soportar ese trabajo, llegó al hotel a las dos de la tarde sofocado y sediento.
No llores Juarez

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