viernes, 18 de diciembre de 2009

5- La manito




Unas cuadras antes de llegar al departamento, sonó el radiollamado con la indicación de asistir a la calle Godoy Cruz y Paraguay. Solía caminar antes de sacar fotos pero prefirió tomar un taxi, estaba cansado entró sin mirar en el primero que paró y le llamó la atención la cantidad de peluches y estampitas, una bola de espejos y el chofer que no se parecía en nada a Pedro Almodóvar, igual se distrajo tratando de recordar el nombre de la película en la que él aparece manejando un taxi, pero el viaje no duró lo suficiente.

Bajo con la cámara 35mm en la mano, al costado de la vía en una fábrica desocupada. Sobre la vereda, debajo de un árbol viejo y alto, en una caja de televisor Philips, una nena de unos cuatro años acurrucada, casi transparente, con los mocos helados alrededor de la nariz y la boca abierta como pidiendo más aire; apenas cubierta por unos diarios, había muerto así.
Se acercó para tomar el detalle de la criatura y vió unas manchas ovaladas rojas con un reborde blanco.
Cuando los oficiales la sacaron de la caja, descubrió que la niña solo vestida con un camisón y tenía esas mismas manchas en las piernas raquíticas. Siguió sacando fotos como un autómata mientras los oficiales la envolvían en una frazada para darle  un segundo de calor. Los orificios oculares eran enormes. Y tenía rastros de una infección importante en el lóbulo de la oreja. En ese momento, se dio cuenta estaba trabajando sin guantes y que no los había llevado. Entonces le cubrió la cabeza y en silencio rezó para que su almita abandone pronto ese cuerpo lacerado.
Cuando por fin llegó a la casa estaba tan aturdido de imágenes que mientras se desvestía, dudó si no se estaba vistiendo para salir; entonces bajó las persianas, desconectó el teléfono y se acostó en la cama como si fueran las diez de la noche, al rato se despertó sobresaltado y sudando, soñó con un recuerdo olvidado hacía mucho tiempo, solo una escena: él con tres o cuatro años detrás de las piernas de su madre tratando de ver que pasaba en el cuarto de su hermana, entre gritos, llantos y gente extraña.

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